Establecer y reforzar los vínculos entre padres e hijos es, muchas veces, un aspecto que contrae mucho conflicto y responsabilidad; sin embargo un coach familiar puede ayudarte a solucionar aquellos aspectos de la vida familiar que resultan difíciles de sobrellevar.
En este artículo te contamos los aspectos que trabaja el coaching familiar y los beneficios que conlleva esta práctica.
¿Qué es el coaching familiar?
Es un proceso de apoyo y acompañamiento para todos los integrantes de la familia.
La rutina nos lleva a estar cada vez más desconectados, generando desgaste en los vínculos familiares.
Con el coaching familiar se fortalecen lazos, se crean nuevos puentes de comunicación basados en la confianza, las emociones y la empatía; trabajando en familia para lograr una sana convivencia.
Siempre que hay necesidad de cambiar algo de nuestras vidas, existe la posibilidad de hacerlo.
¿Para qué sirve el coaching familiar?
El coaching familiar sirve para fomentar el desarrollo integral de nuestros hijos y el aumento de las posibilidades de alcanzar la armonía familiar y de sostenerla en el tiempo; además ayuda a desarrollar las capacidades que hacen posible ejercer con idoneidad la función de padres y resolver positivamente los desacuerdos que van surgiendo en las distintas etapas de la vida familiar.
¿Qué elementos desempeña el coaching familiar?
Los elementos que desempeña el coaching familiar son:
- La comunicación entre los miembros de la familia: la comunicación construye la relación, el vínculo y la identidad de los involucrados; es importante cambiar el enfoque en la educación de los hijos, de una mirada autoritaria hacia una mirada de capacidad.
- Inteligencia emocional: el bienestar emocional que siente un individuo, que expresa, comunica y gestiona las emociones, indefectiblemente conduce al bienestar de todos los miembros de la familia.
- Creencias establecidas: una de las bases sobre las cuales se construye el coaching familiar, es el cuestionar y porqué no desterrar, las construcciones previas y qué beneficios obtengo si las cambio.
¿Cómo se puede aplicar el coaching con los padres de familia?
Establecer un vínculo saludable con nuestros hijos es fundamental, no solo para su crecimiento sino para encontrar la armonía en la relación entre ambos, tanto entre padres como entre padres y niños.
A través del coaching se pueden realizar los siguientes ejercicios:
- Tener un objetivo: Proponerse alcanzar muchos de los pocos objetivos; esto le permitirá a los padres percibir que es más probable obtener logros e irradiar lo logrado hacia el resto de la personalidad.
- Educar desigualmente: es decir, eduacr teneindo en cuenta las características, carpacter y personalidad de cada hijo, teniendo en cuenta sexo, edad y circunstancias.
- Pocas reglas pero claras: se puede confeccionar una lista de “esto sí” y “esto no”. Resulta mejor cuando la lista es confeccionada con anterioridad y consensuada entre ambas partes, estableciendo consecuencias claras de cumplir o no cumplir las normas.
- Combinar afecto con autoridad: correrse de la clásica disyuntiva de poner límites con autoridad y sin afecto o tratar afectuosamente sin corregir; para esto, ayuda distinguir a la persona de la acción.
- No empujar sino atraer: incorporar valores en los hijos atrayéndolos desde el ejemplo personal y desde los beneficios, que empujándolos desde el sermón, la exigencia y la obligación.
- No proyectar, buscar lo propio: facilitar la búsqueda de lo propio de cada hijo, valorarlo y dar recursos para que lo desarrollen.
- Enseñar usando las consecuencias: es útil ir entrenando a los hijos en tomar decisiones y experimentar sus consecuencias. De esta manera enseñamos sobre la libertad y la responsabilidad.
¿Cómo el coaching puede ayudarte a mejorar tu relación con los padres de familia?
Los problemas de convivencia tienen solución a través de un proceso de acompañamiento o coaching que permite cambiar la situación.
Las relaciones en la familia pueden ser como nosotros queramos: basta trabajar para hacerlo posible. La coach ayuda a encontrar el equilibrio y restablecer la armonía a través de situaciones reales de la familia, aprovechando las cualidades de cada miembro, explorando el ambiente en conjunto y brindando un lugar seguro para el diálogo y la reflexión entre todos los miembros.
Se puede mejorar aquello que causa preocupación y llevar a cabo un proceso muy enriquecedor que mejore las relaciones a largo plazo.
El trabajo se hace individualmente y también en equipo: se definen los objetivos a alcanzar y se hace un plan de acción. El resultado es un vínculo más fuerte, una mejora de la comunicación y, sobre todo, nuevas dinámicas que permiten a cada uno de los miembros de la familia encontrarse y reencontrarse entre sí.